No me importan las mujeres
con tetas como flores solares o como manzanas
del edén;
un cutis de cerveza o de papel con un haiku
escrito.
A mí me importa que al amanecer,
notar en tu aliento el juego de las canciones
que nos gustan
o el aliento de un andén de aeropuerto deshabitado.
Sabes que amo los usos que se le puede
dar a la nariz en la cama
una vez que las cosas han sido habladas;
pero ya sabes que no aguanto las estupideces
“que si sabes o no, volar”
La mujer no vuela. En todo caso, le pagas
para que se vaya.
¡Las que pretendan seducirme deben saberlo!
Ésta fue la razón para decidir enamorarme
tan locamente, de ti.
¿Qué me importaban tus labios y tus celos?
¿Qué me importaban tus piernas perfectas
y tus miradas llenas de preguntas inseguras?
¡Eres una verdadera puta!
Desde el amanecer follábamos de la cama a la
cocina,
follábamos del comedor a la sala.
Follando me preparabas el desayuno, mi traje.
Follando imprimías los itinerarios, las
listas de tareas…
¡Con qué impaciencia esperaba que volvieras
del mundo
para seguir follando!
Allí en la pantalla, entre el mapa, un punto
rojo.
Esa eras tú y a las pocas obligaciones mías,
ya me abrazabas con tus piernas,
para llevarme, follando, a cualquier parte
de nuestro apartamento: suelo, cama, mueble,
ducha, bañera.
Durante silencios de neón planeábamos caricias
que nos aproximaran a nuestro propio y
privado Edén;
durante horas enteras grabábamos nuestras
sesiones
y las colgamos en la nube,
para que en cualquier momento de tregua
ver nuestras hazañas carnales
y de repente, en medio del sonido de caballos
de metal
Aterrizábamos uno sobre el otro o con el otro
o ante el otro o detrás del otro
y no siempre al final se le debe llamar
clímax.
¡Qué delicia tener las estrellas tan ligeras
aunque nos hagan ver una mujer, de vez en cuando!
¡Qué divertido la de pasarse los días viéndonos
en la nube…
y pasarnos las noches en una sola folladera!
Después de conocer una mujer como ésta,
¿Puede brindarnos alguna clase de atractivos las
mujeres “respetables”?
No hay diferencia entre mujeres que sólo
tienen cerebro
y las que solo tienen nalgas.
Yo, que soy incapaz de perseguir
la seducción de una mujer,
no me es posible creer
que pueda hacerse el amor más que follando.